Vasily Voropaev, fundador y CEO de Smartbrain.io, emprendedor en serie y devoto promotor del trabajo a distancia y los equipos remotos, comparte su experiencia en una contribución a Entrepreneur.

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Como emprendedores, nuestros cerebros están constantemente buscando ideas creativas. He aquí algunos trucos que han potenciado mi creatividad y me han ayudado a combatir el agotamiento

1. Truco de Jedi.

No sé qué es mejor: el contacto superficial con un montón de gente al azar o el contacto profundo con las personas que más te importan. Pero sí sé que necesitas relacionarte con gente diferente y salir de la burbuja que nos hemos creado.

De ahí surgió la idea del Consejo Jedi. Una o dos veces por semana, llama a alguien que te parezca interesante. Quizá hayas conocido a esa persona en una conferencia en Moscú o en otra en Miami. Pero aunque sólo la hayas visto una vez, te ha ayudado a reunir nuevas ideas. Afortunadamente, puedes llamar y charlar. No está de más que les llames en tu tiempo libre, pero sin duda debes estar abierto a obtener ideas valiosas y perspectivas diferentes.

He aquí algunas preguntas que ayudarán a entablar una conversación constructiva

  • Cuéntame una idea de proyecto que se te haya ocurrido recientemente.
  • ¿Qué harías si tu carrera ya no existiera?
  • ¿Cuál es el principal problema de tu trabajo que a menudo te enfada pero tienes que hacer algo al respecto?

2.Sorpresas previstas

A mi cerebro, como a todo el mundo, le gusta crear hábitos. Así que si no te propones nuevos retos, tu cerebro convertirá toda tu vida en un hábito y luego se pudrirá.

Por eso a veces me doy “semanas sin hábitos” en las que no repito nada de lo que he hecho. No como lo mismo, no compro la misma cerveza, pero lo más interesante y útil que hago es cambiar mis hábitos de transporte. En lugar de conducir, cojo el metro, el autobús, llamo a un Uber al día siguiente y le robo un patinete eléctrico a un colega para montarme. Este cambio de experiencia me ha refrescado el cerebro.

3. No hacer nada.

Si no sabes qué hacer, no hagas nada. Pero no hagas nada de verdad, no te engañes. No navegues por Instagram, no veas una serie de palomitas en Netflix, no hagas nada. Túmbate en el sofá y mira al techo.

No intentes pensar en nada ni recordar conversaciones en tu cabeza. Limítate a mirar los distintos objetos de la habitación (no pienses en ellos) y cambia de postura para estar más cómodo.

Enhorabuena, ¡estás empezando a meditar!

El secreto es que no acabarás teniendo éxito. Pero tu cerebro se permitirá descansar un momento y respirar. Muchas ideas nuevas pasarán por tu mente, sólo para llenarla de algo, lo que sea. Sólo tienes que anotar las ideas más útiles. Para eso está este tiempo.